Antecedentes: El primer satélite fue lanzado al espacio en 1957. Hacia la década de 1970, los satélites comenzaron a ser utilizados para satisfacer necesidades agrícolas. Fue entonces cuando los científicos calcularon el índice NDVI, que ayuda a los agricultores a comprender qué está sucediendo con las plantas en sus campos. Sin embargo, hace 50 años no podíamos sacarle el máximo provecho a este índice de vegetación. La resolución de las imágenes era de unos 50 metros y el NDVI no se podía calcular en tiempo nublado.
El siguiente avance en el uso de satélites para los agricultores se produjo en 2015, cuando se dispuso de un satélite con una resolución espacial de 10 metros. En primer lugar, esta nueva resolución proporcionaba una imagen clara de lo que realmente estaba sucediendo en diferentes áreas de un campo. En segundo lugar, gracias a la invención de los teléfonos inteligentes y al desarrollo de aplicaciones para los agricultores, la tecnología se volvió más accesible.
Todo ello permitió que cualquier agricultor del mundo pudiera controlar el índice NDVI de sus campos. Sin embargo, la calidad de la imagen aún se ve afectada en días nublados y no se ha dado con una solución que funcione en todas partes del mundo.
Ventajas: El monitoreo satelital hace posible seguir de forma remota el desarrollo de las plantas usando NDVI, CCCI, NDRE, MSAVI y otros índices de vegetación, encontrar áreas problemáticas en el campo, identificar cultivos y predecir el rendimiento.
Qué hacemos nosotros: Recopilamos datos abiertos del satélite Sentinel-2, los procesamos, calculamos varios indicadores y los mostramos en la aplicación de OneSoil. Esto ayuda a los agricultores a delimitar sus campos, ver el índice NDVI, identificar zonas de productividad y crear mapas para la aplicación de fertilizantes y siembra a tasa variable. Además,
estamos desarrollando tecnología de NDVI sin nubes, para mostrar este índice incluso en días nublados. En la actualidad, esta función ya se encuentra disponible en Argentina.